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Economía-2022, ¿acelera o frena en seco?

El país aguantó la crisis de la pandemia mejor que […]

El país aguantó la crisis de la pandemia mejor que la mayoría de los de la región y los inversionistas lo ven con buenos ojos. Sin embargo, habrá elecciones y un giro a la izquierda amenaza con oscurecer el panorama.

La economía colombiana mostró resiliencia. El consumo de los hogares fue motor.

Por JULIO CÉSAR IGLESIAS*

Ingeniero industrial y analista financiero

@IglesiasJulio87

En 1940, mientras millones de muchachos de su edad morían en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, José María Acevedo abrió un taller de reparación de electrodomésticos a unos pasos del Palacio Municipal de Medellín.

Luego de un par de años, vio la oportunidad de transformar su taller en una pequeña planta industrial que con el tiempo se convertiría en el principal fabricante de electrodomésticos de Colombia y una de las empresas insignia del país: Industrias Haceb. Hoy factura en ventas cerca de un billón de pesos y exporta sus productos a numerosos mercados internacionales.

EL ACELERADOR A FONDO

Pero la historia de éxito de Haceb camina en paralelo con la economía colombiana. Cuando José María era un niño, a principios de los años veinte, el nivel de desarrollo económico de Colombia era similar al de Uganda o Kenia, países que hoy siguen estando entre los más pobres del mundo, mientras Colombia ha logrado entrar a la clase media del planeta, todavía muy lejos de los desarrollados, pero con una resiliencia y una dinámica sorprendentes.

Un dato resulta especialmente revelador para entender ese ‘factor X’ que tiene Colombia y que le ha permitido, entre otras cosas, reducir la pobreza a la mitad en los últimos 40 años: desde 1906, la economía del país solo ha tenido cuatro años de crecimiento económico negativo. El más grave de ellos ocurrió en 2020; la pandemia ocasionó que el PIB se hundiera en 6,8 %. Solo dos países de la región, Brasil y Chile, aguantaron mejor la crisis del año pasado y redujeron algo menos su producto interno (ver gráfico).

Colombia no solo soportó mejor la covid-19, sino que durante 2021 se recuperó más rápido que la mayoría. Sin tener datos definitivos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el crecimiento del año anterior va a rondar 7,6 %, por encima del promedio de la región, que, se estima, creció 6,3 %. Únicamente Perú y Chile, con 10 y 11 %, respectivamente, nos superaron (ver gráfico). Con una diferencia: mientras Perú y Chile permitieron retiros masivos de las cuentas de ahorro pensional, para paliar los efectos de las cuarentenas, en Colombia no se llegó a esos extremos y se logró mantener algo de la ortodoxia económica, incluso pasando, contra viento y marea, una reforma tributaria en el Congreso.

De hecho, Colombia y México, fueron los dos países de América Latina que tuvieron una respuesta fiscal más moderada, es decir, los que menos gastaron y se endeudaron para enfrentar la crisis.

A pesar de la moderación en el gasto público, explicada en parte por las restricciones financieras del Estado y por el deterioro de las calificaciones crediticias, para agosto pasado el país ya había recuperado el nivel de actividad económica perdido en 2020 e, incluso, el PIB crecía 0,8 % con respecto al mismo mes de 2019.

El economista jefe de Credicorp Capital, Daniel Velandia, explicó en un reciente evento de la firma peruana que ese desempeño positivo, que había sorprendido a la mayoría de los analistas, se explicaba por factores coyunturales, pero también estructurales.

La actividad exportadora ganó por buenos precios y el mayor valor del dólar.

Un resultado de las cuarentenas fue que los hogares y empresas gastaron mucho menos de lo que esperaban. “En esta crisis, contrario a otras, la tasa de ahorro subió. La razón es que personas y empresas dejamos de consumir durante las cuarentenas. El 2021 fue un año de ‘desahorro’ de la economía”, dijo Velandia.

De acuerdo con el analista, ese fenómeno de “desahorro”, es decir, de utilización de los recursos que en 2020 quedaron inmovilizados, explica en buena medida la rápida recuperación.

La economía demostró su resiliencia luego del ‘bache’ de la pandemia y tiene unas expectativas de crecimiento también favorables para este año.

Según el FMI, Colombia crecerá 3,8 % en 2022, mientras que el promedio de países latinoamericanos apenas llegará a un 3 %. Sin embargo, hay analistas que esperan, incluso, un mejor desempeño.

Mientras el banco de inversión Goldman Sachs anticipa un repunte del PIB cercano a 4,5 %, Fedesarrollo estima que será del 4,6 % y Corficolombiana anuncia un 5 %. Todo esto demuestra que, a pesar de los problemas que hemos enfrentado, los expertos se mantienen optimistas respecto a la continuidad de los buenos datos. (Ver gráfico)

Según Jose Ignacio López, Director de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, en 2022 ocurriría una recomposición de las fuentes de crecimiento, dado que van a cambiar las variables que lo impulsaron.

Si en 2021 el gran protagonista fue el consumo de los hogares, en 2022 se espera que la inversión de las empresas sea más relevante. Igualmente, el alto precio del dólar, junto al buen desempeño de commodities como el café y el petróleo, permitirán que las exportaciones sigan jalonando el PIB.

“Desde el punto de vista sectorial también veremos un relevo en los motores del crecimiento. Por ejemplo, aunque creemos que el comercio va a seguir contribuyendo, esperamos que otros sectores, como el de la construcción y el minero, que se encontraban más rezagados, lo releven como motores de crecimiento”, afirmó López al presentar las proyecciones económicas del holding financiero (que hace parte del Grupo Aval) para este 2022.

SÍ HAY NUEVOS PUESTOS

Una preocupación persistente durante los últimos meses está relacionada con la posibilidad de que estos buenos datos económicos no sean percibidos por una parte de la población, debido a que la tasa de desempleo se mantiene por encima de la que teníamos antes de la pandemia.

No obstante, de acuerdo con los últimos informes del mercado laboral presentados por el DANE, la situación parece estar mejorando: para octubre del año pasado, se estimó una tasa de desempleo del 11,8 %, lo cual equivale a casi tres millones de personas que buscan un trabajo y no pueden encontrarlo.

Esta cifra se ubica casi tres puntos porcentuales por debajo de la que teníamos en octubre de 2020, que era de 14,7 %. Contrario a los augurios pesimistas, el crecimiento económico sí se está transformando en nuevos puestos de trabajo.

“Este mercado laboral, que ha estado rezagado, se va a seguir normalizando”, anticipó López en una presentación para inversionistas y clientes de Corficolombiana.

INVERSIONISTAS VOTAN POR COLOMBIA

La recuperación de los datos económicos ha estado acompañada por el resurgir de la actividad inversora. Un buen ejemplo es la OPA que el grupo Gilinski lanzó para comprar un porcentaje muy importante de dos de las compañías más icónicas del país, Nutresa y Grupo Sura.

Al margen de la polémica que han suscitado las operaciones, que serían de las más grandes de los últimos años, estas muestran que los precios en bolsa de varias compañías locales resultan atractivos para los inversionistas extranjeros, y que 2022 podría ser un año de grandes negocios bursátiles y fuertes jugadas empresariales.

Otro negocio, de un tamaño más modesto y menos relevancia mediática, pero de un significado quizá más profundo, fue la reciente ronda de inversión efectuada por Platzi, una startup colombiana del sector educativo, que recaudó, a principios de diciembre, 62 millones de dólares para continuar su expansión por América Latina e incrementar su oferta de contenidos.

El buen año 2021 hizo posible un acuerdo de empresarios y Gobierno para subir el salario mínimo el 10,07 %.

Lejos del cliché que predica que nuestro país solo exporta materias primas, el negocio de Platzi, junto al éxito de otras startups como Rappi, La Haus, Habi, Laika, Merqueo y Frubana, demuestran que el sector del emprendimiento tecnológico podría convertirse durante los próximos 10 años en un protagonista central del crecimiento. Y 2022 podría ser el punto de quiebre para que el país haga la transición hacia esa nueva economía digital.

“Viene una explosión de atención e inversión en Colombia. Nubank, Rappi y la megainyección de venture capital en tech está creando nueva riqueza. Ojalá lo aprovechemos.”, señaló Freddy Vega, CEO y cofundador de Platzi, después de que su compañía recibiera esa inyección de capital que la proyecta, en el corto plazo, como un nuevo “unicornio”, como se conoce a las startups valoradas en más de mil millones de dólares.

¿QUÉ PASARÁ CON EL DÓLAR?

La devaluación del peso, que en lo corrido de 2021 superó el 10 %, ha sido otra de las preocupaciones más mencionadas por algunos sectores. El problema es que no se trata de un fenómeno exclusivo de Colombia: el índice DXY, que mide el comportamiento del dólar respecto a las seis divisas más importantes del planeta, repuntó más de 5 % durante el año anterior, lo que indica que no solo el peso sufrió una desvalorización.

El repunte de la inflación en Estados Unidos, que en noviembre pasado se ubicó en 6,8 %, el dato más alto desde 1982, está poniendo más presión sobre la Reserva Federal para acelerar el tapering, es decir, para reducir los estímulos monetarios y anticipar el incremento de las tasas de interés.

Dichos factores externos, sumados a la incertidumbre sobre el panorama político local, aumentarían las presiones alcistas sobre el dólar, que muy probablemente se mantendrá en niveles parecidos al actual o, incluso, por encima de los 4.000 pesos.

La agenda de Gobierno que anuncia Petro va en la misma línea ideológica de la que generó el desastre venezolano.

¿PONDREMOS EL FRENO DE MANO?

Si bien el panorama económico para 2022 luce alentador, es cierto que hemos dejado por fuera la amenaza más grave, la que puede frenar en seco esta dinámica de recuperación: el giro hacia la extrema izquierda que anuncian las encuestas, la posible elección de Gustavo Petro como presidente a mediados de año.

La agenda populista que Petro anuncia como programa de gobierno incluye la nacionalización de las cuentas de ahorro individual en los fondos de pensiones, la imposición de gravámenes extraordinarios sobre las utilidades de las empresas, la expropiación de “patrimonios improductivos” y el cobro de tasas impositivas desproporcionadas a los ciudadanos más ricos. Todas estas medidas alejarían la inversión y pondrían dudas sobre el futuro del país, pues van en la misma línea ideológica de las que generaron el desastre venezolano.

Petro amenaza con ponerle ‘freno de mano’ a la economía y, por lo tanto, suspender los avances que se han conseguido durante las últimas décadas en materia económica y social.

El riesgo es grande para el país en el que José María Acevedo ha vivido los 102 años que cumplió en agosto pasado. A lo largo de su vida, no solo logró convertir a Haceb en un referente industrial, sino que también vio a la Colombia de su infancia, pobre y atrasada, convertirse en un país dinámico, integrado con el mundo y con una economía en franco crecimiento, que ha logrado mejorar la calidad de vida de millones de personas.

Por desgracia, las nuevas generaciones tienden a desconocer ese contexto, los aportes de hombres y mujeres, como Jose María, que han hecho de Colombia hoy un país más próspero que en ningún otro momento de la historia.

Este 2022 será un año clave. O aceleramos, y seguimos recorriendo las autopistas del crecimiento o, como aspiran algunos, frenamos en seco y corremos el riesgo de estrellarnos.