El fútbol sigue cautivando a millones de seguidores en todo el mundo, consolidándose como uno de los deportes más populares y reconocidos globalmente, gracias a su amplia práctica y alcance universal. En este escenario, la lucha por los mejores talentos se vuelve cada vez más intensa, y aquellos clubes con recursos financieros considerables tienen la ventaja en el mercado de fichajes.
Encabezando la lista de los clubes de fútbol más opulentos del planeta se encuentran el Real Madrid, el Manchester City y el París Saint-Germain (PSG). Según datos de ingresos, estos equipos ostentan cifras notables de US$900 millones, US$896 millones y US$870 millones respectivamente.
Siguiendo de cerca este trío de gigantes, se sitúa el FC Barcelona de España, con un patrimonio de US$868 millones, seguido por el Manchester United con US$809 millones. Detrás de ellos se encuentran el Bayern Munich con US$807 millones, el Liverpool con US$741 millones, el Tottenham Hotspur con US$686 millones, el Chelsea con US$639 millones y el Arsenal con US$578 millones.
La liga inglesa, especialmente la Premier League, ha sido testigo de un ascenso vertiginoso en los derechos de televisión en las últimas dos décadas. Los ingresos por derechos de medios globales se han multiplicado casi por cuatro, pasando de aproximadamente US$3,160 millones para el período 2007-2010 a US$12,850 millones para el período 2022-2025. Esta avalancha de ingresos ha brindado a los clubes la capacidad financiera para invertir en transferencias de jugadores, salarios y mejoras en infraestructuras.
Sin embargo, la irrupción de clubes respaldados por el Estado ha alterado significativamente el panorama financiero del fútbol. Equipos como el Manchester City y el Paris Saint-Germain, en manos mayoritarias de fondos de inversión vinculados a los gobiernos de Abu Dhabi y Qatar respectivamente, se han transformado en poderes económicos capaces de superar a sus rivales en el mercado de fichajes y salarios. Esta tendencia ha alimentado la competencia financiera en el deporte rey, cuestionando los límites y la equidad en el juego.