En medio de un paisaje deportivo que constantemente busca innovación y nuevas formas de entretenimiento, un juego que combina lo mejor del tenis, bádminton y ping-pong ha ganado un impulso vertiginoso en los últimos años: el pickleball. Este deporte, que durante décadas permaneció en las sombras de disciplinas más establecidas, ha emergido como una opción vibrante y accesible para millones de personas en Estados Unidos, Colombia y más allá.
Según datos proporcionados por la Asociación de la Industria del Deporte y el Fitness (SFIA), el número de entusiastas del pickleball en Estados Unidos ha experimentado un notable crecimiento, aumentando en un 21 % en 2020 y un 14 % en el año siguiente. Actualmente, casi 5 millones de personas disfrutan de este juego, que a pesar de haber sido inventado hace casi seis décadas, ha encontrado su momento en el centro de atención.
El pickleball, a menudo descrito como una mezcla de tenis y ping-pong, se juega en una cancha de dimensiones más pequeñas que las del tenis convencional (13,41m x 6,10m), utilizando paletas y una pelota similar a la de bádminton. Su versatilidad permite jugar tanto en interiores como al aire libre, ya sea de forma individual o en parejas.
“El pickleball, a menudo descrito como una mezcla de tenis y ping-pong, se juega en una cancha de dimensiones más pequeñas que las del tenis convencional (13,41m x 6,10m), utilizando paletas y una pelota similar a la de bádminton”
En Colombia, el juego se ha visto como una gran novedad y en varias ciudades las personas ya han empezado a practicarlo, “se está trabajando es la posibilidad de generar las diferentes asociaciones y clubes que permitan que el deporte sea reconocido oficialmente en Colombia, ya se juega en ciudades principales como Bogotá, Medellín, Pereira, Cali, entre otras”, expresó Juan Camilo Contreras, jugador colombiano y exponente del pickleball en el país.
Uno de los aspectos más atractivos de este deporte es su facilidad para comenzar a jugar. A diferencia de otras disciplinas que pueden requerir lecciones extensas antes de sentirse competente, los novatos pueden entrar en una cancha de pickleball y, en poco tiempo, adquirir habilidades básicas. Sin embargo, como señala Contreras, “a medida que mejoras, el desafío aumenta, lo que lo convierte en un juego verdaderamente adictivo. El juego va sumando intensidad, y las ganas de no perder se intensifican”.
Pero el atractivo del pickleball va más allá de su facilidad de juego. Es un deporte que fomenta la convivencia social y la camaradería. Los jugadores se reúnen en las canchas no solo para competir, sino también para socializar y disfrutar del tiempo juntos.
Este deporte ha llamado la atención de grandes estrellas a nivel mundial, entre las que se destacan LeBron James, Tom Brady y Mark Cuban. “Es sorprendente porque grandes figuras del mundo han encontrado diversión y un escape de su realidad en este deporte”, complementó Contreras.
El origen del nombre del juego es una curiosidad. Aunque el término “pickle” (pepino en inglés) sugiere una relación con el ingrediente, en realidad, proviene del perro de los Pritchard, Pickles. Según la historia, el can solía perseguir la pelota durante los primeros días del juego, y de ahí surgió el nombre.
El pickleball, nacido de la necesidad de mantener entretenidos a los hijos de los congresistas Joel Pritchard, Bill Bell y Barney McCallum, ha recorrido un largo camino desde sus modestos comienzos en Bainbridge Island, Washington. Hoy en día, se celebra en todo el mundo y se ha convertido en un fenómeno cultural en sí mismo.
Este deporte no solo es emocionante y accesible, sino también un catalizador para la comunidad y la camaradería. Con su crecimiento continuo y su capacidad para unir a las personas a través del juego, el pickleball está demostrando ser mucho más que una simple actividad deportiva; es una forma de vida.