El pasado 24 de septiembre, el célebre cineasta español Pedro Almodóvar cumplió 75 años, en un momento dulce de su carrera en el que le llueven reconocimientos que hasta ahora se le resistían, como el histórico León de Oro de Venecia y el honorífico Premio Donostia de San Sebastián. Su más reciente película La habitación de al lado, su primera incursión en el cine en inglés, ha catapultado al director manchego hacia el prestigioso León de Oro en el Festival de Venecia, un hito que ningún cineasta español había alcanzado desde Luis Buñuel en 1967.
La habitación de al lado, es una reflexión íntima y poderosa sobre los vínculos humanos en tiempos de dolor y crisis. La historia, inspirada en la novela What Are You Going Through de la escritora estadounidense Sigrid Nunez, sigue a Martha (Tilda Swinton), una reportera de guerra, y a Ingrid (Julianne Moore), su amiga y novelista de autoficción. En el centro de la trama, el conflicto entre Martha y su hija, cuya relación se ha deteriorado por un malentendido, se ve mediado por Ingrid, quien se convierte en el depósito de la amargura de ambas.
Almodóvar explora en la película la crueldad sin límites de las guerras, de los modos tan distintos en que las dos escritoras se acercan y escriben sobre la realidad, habla de la muerte, de la amistad y del placer sexual como los mejores aliados para luchar contra el horror. Y también habla del dulce despertar con los trinos de los pájaros, en una casa construida en plena reserva natural en New England, donde las dos amigas viven una situación extrema y extrañamente dulce.
La película no solo destaca por su narrativa profunda, sino también por la actuación de sus dos protagonistas. Julianne Moore y Tilda Swinton, bajo la dirección meticulosa de Almodóvar, convocan momentos que rozan lo sublime. Según el propio cineasta, “como director, uno de los privilegios es ser el primer testigo cuando ocurre un milagro ante la cámara, y ellas lo convocaron muchos días”.
Este filme también marca un hito en la carrera de Almodóvar: su primer gran premio en uno de los tres festivales de cine más importantes del mundo, un galardón que, según él, le habría cambiado la vida en los años 80, pero que hoy recibe con gratitud y satisfacción. A pesar de haber ganado premios Óscar, Goya y otros galardones internacionales, el León de Oro tiene un significado especial. Como él mismo comentó, ahora que lo ha ganado, no puede imaginar su vida sin él.
Desde el escenario en Venecia, en el que también recibió una ovación en pie de 17 minutos, tras la proyección de la película, el cineasta dio las gracias a su “familia” en inglés, antes de pedir permiso para leer en su idioma, ya que “el espíritu de la película es español”. Dedicó el premio a las actrices protagonistas, Julianne Moore y Tilda Swinton y subrayó: “El filme habla de una mujer que agoniza en un mundo agonizante. Y de la persona que decide compartir con ella sus últimos días. Acompañar a un enfermo terminal, saber estar al lado, es una de las grandes cualidades que poseemos. Despedirse de este mundo limpia y dignamente es un derecho fundamental, no es político sino humano. Sé que atenta contra cualquier credo que tiene a Dios como una única fuente de vida. Les pediría a los practicantes que respeten y no intervengan en decisiones individuales. El ser humano debe ser libre para vivir, y morir cuando la vida sea insufrible”.
El reconocimiento en Venecia no solo resalta la habilidad de Almodóvar para reinventarse y adaptarse a nuevos desafíos, como dirigir en un idioma extranjero, sino también su relevancia continua en el cine mundial. A sus 75 años, el director no muestra signos de desaceleración, aunque ha confesado que a raíz de la enfermedad que sufre, tinnitus, una afección que provoca zumbidos y ruidos en los oídos sin una fuente externa, se ha aislado socialmente.
La habitación de al lado es, en muchos sentidos, un reflejo del estilo que ha definido a Pedro Almodóvar durante décadas: historias de mujeres fuertes, complejas y vulnerables, presentadas en un contexto visual y emocional que oscila entre lo crudo y lo sublime. Su capacidad para explorar los aspectos más oscuros del ser humano, siempre con una pincelada de humor y belleza, sigue siendo inigualable.
Almodóvar ha demostrado una vez más que su cine no conoce fronteras, ya sea idiomáticas o culturales. Con La habitación de al lado,que se estrenará en Colombia a finales de octubre, no solo reafirma su lugar como uno de los grandes cineastas del panorama mundial, sino que también nos recuerda que las grandes historias de humanidad, dolor, amor y redención son universales, sin importar el idioma en el que se cuenten.