CHANEL
Capas de gasa, faldas con aberturas, pantalones anchos y fluidos: la Colección es una oda a la libertad, la delicadeza, la ligereza y el movimiento.
A partir del 2005, fecha en la cual Karl Lagerfeld mudó el show a Grand Palais, el Chanel show se convirtió en una institución parisina que por años, antes de la era de las redes sociales y la lucha de “atención”, (me atrevería a decir) fue uno de los desfiles más esperados de todos. Esta temporada, después de atravesar una era de restauración, por fin volvimos a las maravillosas mañanas en Grand Palais. Luego de un par de días muy fríos para septiembre en París, el sol salió en todo su esplendor para recibirnos de regreso en este lugar preservado y venerado por la maison francesa.
Al salir de la estación de metro se escuchaban los pasos de los asistentes al show, los flashes de las cámaras, las voces en francés del equipo de seguridad y logística y se veía a lo lejos subiendo en la escalera central, un festival de colores que alimentaban el espíritu del momento con un positivismo contagioso.
Entramos a la maravilla del Grand Palais y en su interior nos recibe una enorme jaula blanca. En la parte superior llevaba el logo de la doble “C” como un engranaje alrededor de sí misma y en su interior un columpio, completamente blanco a la espera. A nuestro alrededor, bancas y sillas blancas conforman los espacios para los invitados y sobre ellos, bolsas para cada uno, que leen “Chanel”. Hay sonrisas, encuentros, cosquilleo y desorden por un tiempo y luego poco a poco todo el mundo toma su asiento y el show está por comenzar. Nos baña una luz particular, cálida, color vainilla que entra por los vidrios del lugar y hace que todo parezca un sueño.
Al ver el desfile pensé constantemente en la trayectoria de Chanel. Mademoiselle fue una mujer compleja, diferente, difícil de leer y entender. Una mujer que miró a los hombres, que nos liberó de las incomodidades y abrió espacios para que camináramos tranquilas. Karl fue un hombre que llevó el alma de la Maison con honor por muchos años. Nos enseñó a soñar despiertos, a esperar lo inesperado y a entender que así mismo, inesperada era su mujer Chanel. Virginie respetó con mucha lealtad —quizás demasiada—, los códigos que hacen de Chanel, Chanel, y aún así no fue suficiente. ¿Qué hace de Chanel, Chanel? ¿Es quizás un alma fuerte, unos valores sumamente definidos, una conexión con el antes y el después, un compromiso en su momento con la innovación, una “incomodidad” capaz de romper muchas reglas? ¿O la unión de todas estas?
El estudio de diseño de Chanel nos demostró que la moda es un alma que también puede funcionar en colectivo. Y que como estudio cuando se tiene la claridad de entender el alma de la marca, se pueden contar historias. Bajo el brillo que solo te da una mañana parisina, desfilaron bermudas y rayas que me llevan a la mariniére, desfilaron plumas en los cuellos, en las mangas, en las gafas, que me llevan a la metáfora del pájaro que sale de su jaula y capas que son la interpretación romántica de esas “alas” que se abren y se liberan para descubrir el mundo. Faldas cortas de tweed, transparencias en vestidos negros y vestidos de tejido de punto, que me recuerdan a la era del “sexy Chanel” de Karl, (uno de mis favoritos). Y por supuesto el eterno blanco y negro tan icónico de los orígenes de Gabrielle Chanel.
Al terminar el desfile, salió Riley Keough, nieta de Elvis, interpretando la canción When doves cry y en el cierre veo pasar por segunda vez mi look favorito, unos jeans styled con una capa azul, con volumen en los hombros y una cinta negra que le ayuda al amarre. Volviendo a la escena final, al centro del Grand Palais se ve a Riley que canta y se balancea en el columpio mientras todas las modelos vuelven a la jaula una al lado de la otra, hasta cerrar la circunferencia en su totalidad. Veo las caras a mi alrededor, escucho los aplausos y pienso: la mujer Chanel y la mujer en general, es como el ave fénix.
Siempre tendrá la posibilidad de renacer bajo los términos que desee, cuantas veces lo considere necesario y ese es uno de sus superpoderes inagotables. Hoy, vimos a Chanel renacer, y fui feliz de estar allí para presenciarlo.
MIU MIU:
Para Miuccia Prada como directora creativa de Miu Miu, la conversación entre la marca y el arte han sido una constante definitiva. A lo largo de 13 años, Mrs. Prada ha colaborado con diferentes mujeres en las artes para cada una de las presentaciones y así mismo para exponer una reflexión o idea en la cual se materializa la colección.
En esta ocasión salt meets sugar por Goshka Macuga fue el proyecto multifacético bajo el cual estudia el concepto de lo que es real y su representación. Para esto transformó el Palais d’lena en París (locación del show de Miu Miu), en una planta de periódico cuya última edición se titulaba The Truthless Times. Cada uno de los artículos llevaba un QR que te llevaba a un tipo de relación en donde la conexión con la realidad y la sobreexposición de información en los tiempos actuales se estudian y cuestionan.
Al hablar de la colección SS25, Mrs. Prada se refirió al concepto de la perspectiva de una niña. Creo que hay una inocencia importante en esa interpretación del vestir. De pensar en ese tipo de libertad. Una libertad que no está atada a ideas pre concebidas de marketing o de presión social, si no que se deja llevar como cuando éramos niños por lo llamativo, lo experimental, lo brillante, por la idea de poner muchas cosas juntas, por el juego de lo que implica el vestir más allá de lo que podría significar.
El amor por el proceso, pero también por el uniforme. Y el uso de ese mismo uniforme, camisetas, camisas, sacos para crear nuevas siluetas e ideas que nos llevan a percibir los truthless times como llamó al periódico que recorría todo el ser del show SS25, de una manera más cercana a lo real, lo que viene del instinto, tal como la mente de un niño.
ZIMMERMAN X MALVA
Softness is back, softness is a movement.
La delicadeza volvió, la delicadeza es un movimiento.
Femininity is a moving animal.
La feminidad es una criatura que se mueve.
Estas fueron algunas de mis notas inmediatas sentada en mi primer show de Zimmerman gracias al apoyo de Malva, Colombia.
Malva es una tienda departamental fundada en Colombia que busca potenciar lo mejor del talento local, latino y global en un mismo lugar. Una experiencia de retail única para los amantes de la moda.
Dentro de sus tres pilares principales: talento local, latino y global, Malva se ha destacado por abrir el mercado del retail de lujo en nuestro país, dándonos la posibilidad de conocer marcas internacionales como Zimmerman, razón por la cual estuve en este desfile.
¿Tienen presente esa sensación cuando se sumergen en el agua por completo y hay un cambio de luz y temperatura en todo el cuerpo? Así se sintió el show de Zimmerman. El calor se sintió en París por unos instantes y también algunos rayos de sol. El look femenino y maximalista de Zimmerman por excelencia está de regreso.
Siluetas hechas a partir de lo que parecía un tipo de organza, llenaron la pasarela con movimientos fluidos que me recuerdan el movimiento de una medusa.
Me gusta pensar que en esta colección hubo una inmensa investigación del softness, la delicadeza, la suavidad. Una cualidad que se asocia con la feminidad en muchos contextos y no siempre me gusta, pero en esta ocasión no podía dejar de pensarlo.
La suavidad como punto de partida con nosotras mismas. La suavidad como parte de un movimiento que los abraza. La suavidad como un arma oportuna, como puente liberador, como inspiración para crear la vida misma.
El styling, el pelo, los colores. El juego entre lo sexy y lo sutil. Las maravillosas intensidades de la suavidad veraniega, positiva, enérgica, inspiradora.
Illumination la última colección de Primavera-Verano 2025 de Zimmerman estará disponible en todas las tiendas Malva de Colombia, Perú y Panamá, ¡muy pronto!
¡Can’t wait for summer again!