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Las huellas de Ernest Hemingway en Madrid

Este año se cumple el centenario del primer viaje del escritor a la capital de España y para homenajearlo, la ciudad ha diseñado una ruta para recordar sus pasos

Fotos: Madrid Destino-Florian Wehde- Archivo particular.

Por: Alejandra Meléndez

Periodista y editora multimedia –Revista Alternativa

@alemelendezg

La primera vez que el célebre escritor y periodista puso un pie en la capital española fue en la primavera de 1923. Lo hizo siguiendo el consejo de su amiga y maestra de los escritores norteamericanos residentes en París, Gertrude Stein, que le animó a conocer la ciudad para asistir a una corrida de toros. Desde ese primer viaje, el Nobel de Literatura mostró su fascinación por la ciudad y su vibrante vida cultural e intelectual. Los museos, los parques, los bares, la gastronomía y la gente de Madrid, sirvieron de inspiración para muchas de sus obras, entre ellas, Muerte en la tarde, Fiesta o Por quién doblan las campanas. Fue un amor a primera vista que duró más de cuatro décadas y que hoy todavía se puede palpar en los lugares que con el paso del tiempo, aún tienen su huella.

Y de hecho, para celebrar el centenario de la primera visita del escritor a la ciudad, el Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, diseñó el recorrido ‘Hemingway, un americano en Madrid’ una ruta para conmemorar sus pasos por la capital.

Según la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Andrea Levy, “2023 es el momento de celebrar a un clásico moderno que vivió con pasión los días y las noches madrileñas que retratan diferentes etapas del siglo XX en Madrid. Hemingway asistió a la transformación urbanística y social desde los años veinte hasta la década de los cincuenta”.

Así es el Madrid de Hemingway:

Westin Palace

Este hotel protagoniza algunas de las páginas de la novela de Hemingway, Fiesta: en donde Jake y Brett están de acuerdo en que no hay nada comparable a la “maravillosa gentileza con la que te atienden en el bar de un gran hotel”, mientras observan cómo trabaja el barman. Los dry martinis eran su cóctel predilecto. Salvador Dalí, Buster Keaton, Pablo Picasso, Federico García Lorca o Luis Buñuel, fueron otros de sus ilustres huéspedes.

Botín

Es reconocido como el restaurante más antiguo del mundo en el libro Guinness de los Récords. Según relata el dueño del restaurante, Hemingway solía comer en este lugar el típico cochinillo asado. Cuenta que su abuelo intentó enseñar al escritor a preparar la paella, sin mucho éxito… La novela Fiesta acaba con una escena en este comedor fundado en 1725 por Cándido Remis.

Museo Chicote

En el relato La denuncia, Hemingway usa el bar como un símbolo del afecto que sentían sus viejos clientes y otros extranjeros como él por España. Una de las escenas de su obra teatral La quinta columna se desarrolla en este bar, donde aún hoy, cien años después, se puede probar el Papa doble, un cóctel dedicado a Hemingway. Fundada en 1931 en la Gran Vía, fue la primera coctelería de España, con el paso del tiempo se mantiene igual desde sus comienzos. Ahí siguen los mismos sofás que en su época usaron Ava Gardner o Grace Kelly y las sillas de metal cromado de los años 50 donde seguramente se sentaron Bette Davis o Frank Sinatra.

Cervecería Alemana

En un artículo publicado en la revista Life titulado ‘Un verano peligroso’, Hemingway recuerda este lugar, situado en la céntrica plaza de Santa Ana, como un buen sitio para tomar cervezas y café.

NH Collection Madrid Suecia

El escritor estadounidense se alojaba frecuentemente en este hotel durante sus últimas visitas a España durante la década de 1950. Además cuenta con el Hemingway Cocktail Bar donde han mantenido vivo su nombre en la carta de cócteles. Ubicado en pleno centro de Madrid, junto al histórico Círculo de Bellas Artes, a pocos metros de las calles Alcalá y Gran Vía, alzándose en el completamente reformado Hotel NH Madrid Suecia.

Plaza de toros Monumental de Las Ventas

“Si realmente quieres aprender sobre las corridas de toros, o si alguna vez te interesa mucho, tarde o temprano tendrás que ir a Madrid”. Cita de Muerte en la tarde, un clásico de la literatura taurina.

Villa Rosa (Ahora Tablao Flamenco 1911)

Este tablao flamenco de renombre, todo un histórico de la noche madrileña más castiza, era un lugar habitual para el escritor Ernest Hemingway.

Museo del Prado

El escritor sentía mucha pasión por las obras del museo, de hecho, celebró que en 1936 el Gobierno trasladara algunas de las obras principales de la pinacoteca a Valencia, para que no sufrieran ningún desperfecto por los bombardeos que sitiaron Madrid hasta 1939.

Parque de El Retiro

El pulmón de Madrid, aparece en Por quién doblan las campanas. Durante las ensoñaciones de Robert Jordan se menciona un parque con jardines y con gran variedad de árboles en Madrid donde María y él podrían ser felices.

Aguilar

El escritor se alojó con su familia en esta modesta pensión entre 1923 y 1926, según su primer biógrafo, Carlos Baker. Establecimiento que aún se puede visitar donde recuerdan que su habitación era la número 7.

Real Jardín Botánico

Declarado Jardín Artístico en 1942, este oasis de la ciudad también aparece en la obra Por quién doblan las campanas pero como “reflejo del olor de la muerte que se avecina”, en referencia al desenlace de la guerra.

*Con información del Ayuntamiento de Madrid.