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La misteriosa Doha

La capital de Catar, una de las más modernas del mundo, se prepara para recibir a miles de turistas que llegan para combinar fútbol y turismo.

Catar, el excéntrico país asiático que recibirá la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA, ha invertido más de 200 mil millones de dólares en obras de infraestructura para poder cumplir su sueño de realizar uno de los eventos deportivos más apasionantes a nivel mundial. Más de dos millones de turistas llegarán a este lugar de la Tierra para disfrutar de la pasión del fútbol y de recorrer uno de los lugares más enigmáticos del mundo árabe.

Doha, será el centro de las miradas. Una ciudad rodeada de arena y de una impecable limpieza en sus calles, centros comerciales y lugares por donde se transite. La arquitectura contemporánea de esta ciudad, que siempre parece estar en construcción, es uno de sus grandes atractivos, especialmente sus centros educativos, entre ellos la famosa Biblioteca Nacional de Rem Koolhaas. Son 450.000 metros cuadrados de una belleza espléndida y donde se albergan más de 800.000 volúmenes de libros.

Un punto para recorrer es el famoso centro comercial Alhazm, catalogado por el New York Times, como uno de los cuatro más cool y culturales del mundo. Está construido bajo un estilo neoclásico y todos sus interiores decorados con los famosos mármoles de Carrara y Siena.

Su puesta en escena en lo tecnológico la hace única: paredes interactivas, sistemas electrónicos antihumedad, identificación en milésimas de segundos de los libros que se necesiten consultar. Es un recorrido en un silencio único, que deja al descubierto la maravilla de la creación arquitectónica, que ha ido de la mano de los cientos de miles de petrodólares para lograr convertir a Doha en el mayor centro educativo del mundo árabe.

Otro de los lugares imperdibles es el Museo de Arte Islámico, que está ubicado en una isla artificial en pleno centro de la ciudad, rodeado de estanques y palmeras. Los visitantes podrán apreciar las colecciones únicas en el mundo de vidrios mamelucos, textiles y cerámicas procedentes de Al-Ándalus, Egipto, Turquía, Irán y por supuesto de la India.

Un punto para recorrer es el famoso centro comercial Alhazm, catalogado por el New York Times, como uno de los cuatro más cool y culturales del mundo. Está construido bajo un estilo neoclásico y todos sus interiores decorados con los famosos mármoles de Carrara y Siena. En este lugar solo se respira lujo y perfección en cada uno de los detalles de sus tiendas que ofrecen las marcas de ropa, perfumes y joyas más prestigiosas de Europa.

Recorrer Doha por sus amplias e implacables calles es descubrir un universo de gastronomía que también proviene de diversas partes del mundo. Con restaurantes de primera clase, en modernos espacios, donde la tecnología como en el resto de la ciudad, es fundamental para que los turistas puedan encontrar con facilidad lo que buscan.

También se pueden programar viajes marítimos que se extienden a lo largo de la bahía de Doha y apreciar los innumerables monumentos y sus interminables museos.

TENER EN CUENTA

Este país asiático tan moderno en su arquitectura es muy conservador con sus costumbres. Una de ellas la etiqueta a la hora de vestir. Está prohibido usar pantalones o shorts por encima de la rodilla. Tampoco jeans rasgados, ni prendas que dejen al descubierto los hombros y mucho menos escotes pronunciados.

Los más de dos millones de turistas que estarán en el Mundial, deberán evitar las muestras de afecto en público. También está prohibido gritar en la calle y si lo hace se expone a una multa de 800 dólares o la expulsión del país.

El consumo de licor no está prohibido en Catar, pero no se permite hacerlo en la vía pública y mucho menos desplazarse por las calles en estado de embriaguez. Los tragos son exclusivamente en restaurantes y bares autorizados por el gobierno, que ha permitido la venta de cerveza en los estadios durante los partidos de fútbol.

El Mundial llegó, y Catar, especialmente Doha, se prepara para recibir cientos de turistas que podrán disfrutar de los encantos de este lugar del mundo, siempre y cuando sigan sus reglas. Un imperativo, incluso en la fiesta del buen fútbol.