Viernes, 22 de noviembre de 2024 Suscríbase
Temas
artistas

La edad dorada, un homenaje a los más vulnerables

Por Ricardo Otero/ Reportero gráfico/ @ricardootero_ Los sueños de los […]

Por Ricardo Otero/ Reportero gráfico/ @ricardootero_

Los sueños de los jóvenes descansan sobre la creencia inmutable de que jamás moriremos, que seremos jardines prósperos y radiantes eternamente, nada más una reflexión que consuela el innegable paso de los años hacia nuestro viaje a la nada. Desconocemos por voluntad, ignorancia, negación, que envejecer es un acto de aprendizaje, un recorrido por las maravillas y horrores que el mundo y la vida ponen ante nosotros, poniendo a prueba nuestra capacidad instintiva de supervivencia y un objetivo mucho más romántico, el alcanzar la plenitud y la conquista de nuestros propósitos más nobles, haber vivido una vida digna.

Los rostros de nuestros ancianos son un reflejo en un espejo que viene de tiempos futuros, observar las grietas en la textura de sus caras, nos lleva de manera sensible a reconocer aquellos seres en los que nos convertiremos, esperando por supuesto, el terminar nuestro paso por la vida, como personas que ofrecieron sus talentos en pos de construir mundos mejores, ya sean pequeñas o grandes las hazañas que conquistemos con nuestras acciones, deseando que los errores y fracasos solo sean lejanas ondas en un océano de vivencias y experiencias que culminen en una humilde y noble reflexión sobre el tiempo mismo.

Estos rostros pertenecen a artistas, cuenteros, profesionales, empíricos, campesinos, personajes invisibles a los que hoy les otorgamos un retrato construido con sus sonrisas y sus formas, tratando de dibujar el paso del tiempo en un retrato grupal y maravilloso. Es este un homenaje silencioso pero poderoso de un lugar en el que todos nos encontraremos al final de nuestros días, observando quizá con tranquilidad y sabiduría, el atardecer de lo humano, el ocaso de nuestro propio tiempo, la edad dorada.