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Kali Uchis, la colomboestadounidense que arrasa en la música con “Telepatía”

Por Nina Rodríguez / Cantante, compositora y diseñadora colombiana @ninarodriguezmusica […]

Por Nina Rodríguez / Cantante, compositora y diseñadora colombiana

@ninarodriguezmusica

La artista acaba de ganar un Grammy por su colaboración con Kaytranada y su éxito “Telepatía” es la canción en español más escuchada de Spotify.

Han pasado seis años desde que Kali Uchis apareció en el mapa musical colombiano con el video de “Ridin’ Round”, grabado en Dosquebradas, Risaralda, en el que se ve a una mamá “cantaletuda” que recrimina a Karly Marina Loaiza por una llegada tarde a la casa, un típico regaño de madre paisa, enmarcado en los guetos de Pereira.

Desde entonces, la artista colomboestadounidense había permanecido casi en la “sombra”, hasta que ganó el Grammy por su colaboración con Kaytranada y la canción “Telepatía”, de su más reciente trabajo discográfico, con el que llegó a ocupar el puesto número uno del listado global de Spotify.

Karly Marina Loaiza, como data su nombre de pila, nació el 17 de julio de 1994 en Virginia, Estados Unidos, y pasó varios años de su infancia y adolescencia entre Colombia y su país natal. De ahí que muchas de sus canciones contienen letras en inglés y en español. Su primer álbum extendido fue Drunken Bubble y fue un mixtape de canciones producidas por ella con samples de canciones de los años sesenta y setenta. Una propuesta fresca que mezclaba el hip hop, el R&B y el reggae con una melodiosa voz y que llegó hasta los oídos de referentes del género como Snopp Dogg, quien fue uno de los primeros en escribirle para colaborar.

Esto hizo que Kali Uchis empezara a viajar a Los Ángeles con más frecuencia y las colaboraciones con los grandes de la industria se volvieron más frecuentes. Grabó “On Edge”, junto a Snoop Dogg; “Perfect”, con Tyler, the Creator; “In My Dreams”, en colaboración con Gorillaz, y el tema “Tomorrow”, con la banda de rock Tame Impala.

Pero no solo ha compartido con artistas internacionales; también vinieron colaboraciones con cantantes nacionales como Juanes, con la canción “El ratico” y con el intérprete de reguetón, Reykon, con el tema “Nuestro planeta”.

Hasta entonces, Kali comenzaba a sonar en nuestro país, pero su nombre empezó a escucharse con más fuerza cuando fue invitada al que sería su primer concierto en Colombia, en el Festival Estéreo Picnic de 2018. Ahí tuve la oportunidad de verla en vivo por primera vez.

Su presentación la hizo dos semanas antes del debut de su primer disco de estudio, llamado Isolation, que fue catalogado como uno de los cincuenta discos más importantes en el listado de Billboard 200 de Estados Unidos.

Su discurso sobre los derechos de los inmigrantes, el girl power de las latinas y sus constantes referencias a Colombia le dan ese ingrediente secreto para diferenciarse del resto de propuestas de neo soul y el R&B.

Acaba de lanzar su más reciente álbum, Sin miedo (del amor y otros demonios), el primero en español, titulado así en homenaje a la novela homónima de Gabriel García Márquez, de 1994. Un disco de trece canciones que hablan del amor, de la luna, de los sueños, del romance, de las luchas diarias de la vida, del sexo y de la lujuria, con letras que se mezclan entre español e inglés. Un sello que la ha caracterizado.

Son trece canciones elaboradas con grandes nombres de la industria como Josh Crocker, con el que trabajó también en Isolation, y Tainy, uno de los productores más importantes del género urbano.

El disco abre con el tema “Luna enamorada”, un bolero melancólico acompañado de voces armonizadas, en el que encontramos a una Kali muy distinta a la que hemos escuchado, casi en un intento de imitación a los cantantes tradicionales de bolero, con más peso y dramatismo.

La canción “Vaya con Dios” nos lleva por un viaje sonoro fascinante: la progresión armónica tan característica de las películas de James Bond. El juego del beat también me recuerda la sonoridad de Portishead con “Glory Box” y “Only You”, que después redescubrí con “Nothing Burns like the Cold”, de Snoh Aalegra y Vince Staples.

Luego llega una especie de tributo a La Lupe, con el tema “Que te pedí”. El arreglo de los pitos me transporta a esa época de big band latina, corta, concisa y hermosa, que cumple con la función de contextualizar nuevamente las primeras influencias y raíces de la artista.

Hacia el final del disco escuchamos su propuesta más urbana, con las colaboraciones de Rico Nasty, Jowell & Randy y Jhay Cortez y cierra con la canción “Ángel sin cielo”, producida por la propia Kali.

La frase “La vida es una sola, hay que hacerlo sin miedo” me lleva de vuelta a esa joven que quería hacer las cosas a su manera, con valentía y sin miedo al qué dirán, con ese ímpetu y ese espíritu de perseverancia que la han llevado hoy a tener su canción “Telepatía” en las listas de las canciones más escuchadas de Spotify, que ya acumula más de 132 millones de reproducciones.

El video de este sencillo superó los siete millones de reproducciones en los primeros cinco días y fue dirigido por Kali. Un clip en el que muestra sus raíces colombianas y la vemos caminar por las calles de un barrio de Pereira, como lo hacía en el video de

“Ridin’ Round”, pero esta vez, con un sueño cumplido y un nombre que suena fuerte en la industria musical.