Domingo, 24 de noviembre de 2024 Suscríbase
Temas
plataformas

El boom de las nuevas plataformas de streaming

Por Daniela Abisambra/ Comunicadora social e internacionalista, Podcast Curioseame sobre […]

Por Daniela Abisambra/ Comunicadora social e internacionalista, Podcast Curioseame sobre la vida de los jóvenes @AbisambraD

En materia del escenario virtual, la aparición de nuevas formas de comunicarse y de interactuar se convierte en tendencia mundial, con millones de seguidores que, desde la comodidad de un sofá, deciden en cuestión de segundos si les gusta o no.

“El que no se adapta está condenado a la extinción”. Quizá la primera vez que escuchamos este concepto fue en el colegio, al hablar de la selección natural expuesta por Darwin. Hoy, cientos de años después, seguimos replicando sus apreciaciones en distintos ámbitos de la vida humana y las plataformas de redes sociales no son la excepción.

Desde el lanzamiento de Facebook, en 2004, hemos visto la creación de un sinfín de plataformas de interacción social que, lejos de conectarnos unos con otros, motivo por el que se originaron, han creado nuevas formas de interacción, nuevas formas de concebir, crecer y mantener negocios y nuevas formas de hacer las cosas en varios aspectos de nuestras vidas.

Lo que muchos concebimos inicialmente como un boom de las redes sociales, dada su rápida e inesperada aparición y una esperada desaparición o caída en picada, ha probado que llegó para quedarse, al transformarnos y hacernos cambiar a medida que surgen nuevas y más complejas plataformas. Hoy, las redes no son para jóvenes, sino para todos y los negocios y las figuras (de todas las edades y generaciones) que se han percatado de esto se han lanzado al agua y se han adaptado a estas nuevas “modas”, en las que han encontrado grandes beneficios y oportunidades.

Hoy nos enfrentamos a una nueva era de plataformas que están revolucionando las redes sociales y son las llamadas plataformas de streaming, pero no nos referimos a las ya conocidas gigantes de series y películas, como Netflix o de música, como Spotify. Son una categoría diferente, basadas en la transmisión de acontecimientos en vivo y en directo, de la vida privada de personas famosas y del común, de conversaciones aquí y ahora, o de contenido exclusivo por el cual estás dispuesto a pagar. Para facilidad nuestra, podríamos denominarlas new streamers.

¿Qué son y de dónde surgen? Como la mayoría de los productos exitosos, estas plataformas llegaron a cubrir necesidades y suplir deseos de los usuarios. Ahora, ¿qué clase de deseos y necesidades? Eso depende. Tomemos OnlyFans como primer ejemplo: inició como una comunidad en la que artistas podían financiar sus proyectos a cambio de algún tipo de contenido exclusivo, bien fuera una foto, un preview de su colección o un tráiler, entre otros. Así, conectaría a emprendedores con financistas. Pero a medida que fue creciendo la comunidad de usuarios, la oferta se fue diversificando, al punto de llegar a la creación de contenido muy explícito para adultos. El catch de la plataforma y lo que ha motivado a miles de usuarios a ingresar es la posibilidad de obtener una monetización por diversos tipos de contenido, unos difíciles o creativos y otros, más personales, privados e incluso eróticos. ¿Cuál es, entonces, el miedo que la gente le tiene? La creencia de que únicamente se producen contenidos eróticos para atrapar suscriptores y que paguen la mensualidad que se establece, pero esto no es necesariamente así. La magia reside en que se obtienen suscripciones, retribuciones y beneficios solo por el contenido que la persona está dispuesta a crear y que encuentre un nicho de mercado que esté dispuesto a consumir y financiar.

Luego encontramos una de las propuestas que más fuerza ha cobrado y es TikTok. Esta mal llamada plataforma para adolescentes alberga hoy más de 800 millones de usuarios activos por mes en todo el mundo. En pocas palabras, la red social presenta videos cortos en formato vertical con una duración máxima de un minuto y llegó para suplir el creciente deseo de consumir videos, además de generar mucha más exposición a los usuarios respecto a otras plataformas. Se ha convertido en la nueva sensación y los que han vencido el miedo a “conformar una red de centenials” han visto los enormes beneficios que les puede traer en términos de mercadeo. Tal es el caso de la NBA, que cuenta ya con más de 12 millones de seguidores, o el de Charli D´Amelio, la joven tiktoker más reconocida del mundo, con más de 108 millones de seguidores, quien hizo una fortuna de más de 4 millones de dólares en 2020 gracias a esta aplicación.

Por último encontramos a las más nuevas entre las nuevas, esas que aún están en su fase de prueba o definiendo detalles como a quién le pertenecen: Clubhouse y Twicht. Clubhouse llega como una apuesta a la exclusividad y a la inmediatez. Es una aplicación que hasta el momento solo está disponible para IOS y se requiere invitación para descargarla. Ofrece la posibilidad de crear cuartos de conversación en los que el audio es el único medio de comunicación; hay unos oradores y los demás, que solo escuchan, levantan la mano para participar en tiempo real. En principio era una red con poca atracción, pues no generaba ganancias, pero la presencia de reconocidas personalidades como Elon Musk y la oportunidad de disfrutar de una conversación casi privada con ellas la tiene en la mira de la escena, valorada en más de US $1 000 millones.

Por su parte, Twitch le apuesta a la transmisión de contenido en vivo. Lo que inició como una plataforma para transmitir en directo partidas de los gamers más destacados, un mercado cada vez más creciente, se está convirtiendo en una red enorme de transmisión de contenidos de todo tipo: e-sports, de conferencias o de conversaciones para crear o fortalecer la comunidad, con retribuciones a cambio de seguidores y de conectados en vivo.

Podríamos emplear mucho tiempo hablando de todos los elementos que comparten estas nuevas redes y por qué deberíamos adaptarnos a las que más nos convengan o arriesgarnos a la extinción. A grandes rasgos, la razón principal es la posibilidad de crecimiento que nos ofrecen, tanto personal como de negocios.

Otra motivación es la capacidad de llegar a rincones del mundo que no esperábamos, de crear una comunidad de clientes, seguidores, amigos o personas que estén dispuestas a consumir, compartir y casarse con nuestros productos y, aún más importante, con quienes somos en esencia.

Las redes llegaron de la nada, pero nos han ido demostrando que no se irán a ningún lado, que son un fenómeno que se transforma y nos transforma para adaptarnos, movernos y crecer o morir en el intento, debido a estas y futuras tendencias que responden a la necesidad de la inmediatez, de sentirse parte de algo más grande, de consumir contenido más real y hecho ahí y ahora, con ellos y para ellos. Tenemos que perderle el miedo a lo nuevo o al cambio y buscar la manera de no renunciar al fondo, pero sí cambiar la forma.