La situación de violencia contra las mujeres es un problema a nivel global. Por ello siguen surgiendo iniciativas que buscan prevenir desenlaces fatales. Para conocer uno de esos programas en Revista Alternativa conversamos con María Eugenia Adaime, directora para Latinoamérica de Guardian Girls; y Camila Peroni, directora para Colombia de KIF (Koyamada International Fundation).
Uno de los datos claves en esta enseñanza es la preparación para reaccionar ante una acción de riesgo vital, dijo Peroni.
“Las mujeres antes de un feminicidio tienen 10 segundos, los más importantes, antes de que se cometa un asesinato. Ese tiempo es el más crucial por el cual queremos darles las herramientas a las mujeres mediante el ataque físico, de violencia, para que puedan defenderse”.
Explicó que más allá de la defensa personal se trata de maniobrar para poder escapar. “Lo que estamos haciendo es trabajar para evitar que se concrete la agresión”.
Pero, ¿por qué los 10 segundos? María Eugenia lo explica. “O puedes huir o puedes reaccionar. Se ha demostrado que en ese lapso puedes salvar tu vida. Lo que estamos enseñando es que las personas puedan reaccionar para salir de una situación de riesgo y salvar su vida, que es lo más importante”.
Camila aclara que no es una defensa para pelear y medir fuerzas con los hombres, sino para no quedar inmóvil. “Cuando nos atacan, en especial las mujeres, nos congelamos porque no sabemos qué hacer, eso se llama el famoso secuestro de la amígdala, básicamente entras en modo de supervivencia. Cuando hay un entrenamiento, inmediatamente, ya sabemos cómo responder y no nos quedamos congeladas”.
No se trata solo de una acción física, también es vital lo emocional.
“Las artes marciales son muy profundas, es muy distinto a una persona que se entrena con un revólver o algo parecido, tiene una filosofía muy poderosa donde lo primero es aprender del autocontrol a trabajar conmigo misma mis emociones”.
Asegura que ese manejo emocional es clave. “Muchas veces no tenemos herramientas cuando somos agredidas, no solo desde la parte física, sino emocional”.
El programa de formación que dirigen María y Camila maneja el “cuidado integral”, a través del cual se hace un acompañamiento desde la parte psicológica que complementa lo que se enseña mediante los seminarios con artes marciales.
María explica que no solo es un entrenamiento físico, sino con la voz. “Por ejemplo, enseñamos a usar la voz. Uno a veces no sabe que hacer en la calle, y una de las herramientas es gritar. También qué hacer cuando te agarran, muchas veces te puedes soltar, ¿cómo hacer para zafarme? Eso forma parte del entrenamiento para en 10 segundos salir de la situación de peligro, sin perder el control".
¿Cómo entrenarse?
Una de las formas en las que llegan a mujeres para capacitarlas es a través de las empresas que desde sus áreas de recursos humanos se interesan en capacitar a los empleados y piden los seminarios con la explicación práctica de las técnicas. “Esto tiene que ver con conocernos internamente, saber qué partes del cuerpo son más débiles y cuáles son más fuertes. Es encontrar esa fuerza femenina sin que sea masculinizada, sino que es capaz de salir de los problemas”,explicó Peroni.
Adaime agregó que llegan a más mujeres a través de fundaciones, entidades de gobierno o patrocinadores. “Con la participación del gobierno de Japón y otros patrocinadores, ofrecemos seminarios en el Centro de japón, cerca de la Universidad de los Andes, para dictar todas estas prácticas y filosofía que tiene que ver con la cultura japonesa. También hay otras iniciativas, aliados con UNFPA, para ver cómo llegamos a zonas rurales, porque nos interesan estas zonas donde hay mayores estadísticas de violencia”.
También iniciaron alianzas con la Fundación Transformándonos, por ello también están en alianza con deportistas para desarrollar los seminarios sin importar la edad, a partir de 18 años. En el caso del Centro de Japón son gratuitos.