Con el acuerdo Centro-Esperanza, al candidato de la izquierda radicalle será más difícil conseguir respaldo en la base de la centro izquierda.
Desde la pasada campaña presidencial, cuando Gustavo Petro perdió en segunda vuelta frente a Iván Duque, el líder de la izquierda radical le reclama de cuando en cuando a Sergio Fajardo que la decisión de negarle su apoyo e irse a ver ballenas al Pacífico antes que tomar partido claramente a su favor, terminó beneficiando al candidato del Centro Democrático y el conservatismo e impidiendo que él llegara al poder. Llegó a decir que el exalcalde y exgobernador paisa era un uribista disfrazado.
En ese ocasión, en primera vuelta, Duque obtuvo 7, 6 millones de votos; Petro, 4,9 millones y Fajardo, 4,6 millones. En segunda, Duque obtuvo 10, 4 millones y Petro, 8 millones. Según este, con un respaldo explícito de Fajardo hubiera evitado esa diferencia 2,4 millones de votos.
Para infortunio de Petro, en el 2022 puede presentarse algo similar, porque Fajardo es precandidato, y las fuerzas de centro y centro-izquierda acaban de cerrar un acuerdo para escoger un candidato único que las represente en la primera vuelta de mayo.
Abierta esa posibilidad, lo natural es que los electores de centro y centroizquierda, que estaban mirando a Petro ante la posibilidad de tener un candidato sólido, lo pensaran de nuevo antes de decidir su voto y eso podría jugar en contra de las cuentas de la izquierda extrema en primera vuelta. Algo similar podría acontecer con dirigentes políticos en varias regiones.
En el 2018, la base de apoyo a Fajardo, que fue tercero en la primera vuelta estuvo en su movimiento, Compromiso Ciudadano; una gran parte del partido Alianza Verde y también parte del Polo Democrático.
Esta vez la candidatura de centro se la disputarán Fajardo, Alejandro Gaviria, Juan Manuel Galán, Carlos Amaya, Juan Fernando Cristo y Jorge Enrique Robledo. Esto quiere decir que el rango de fuerzas de centro-izquierda es más amplio y entre ellas se destacan las de origen liberal, representadas en personas como las de los hermanos Galán y Juan Fernando Cristo, que se suman a los seguidores de Claudia López, Jorge Enrique Robledo y el propio Fajardo.
La posibilidad de tener una candidatura sólida de centro- centroizquierda, única y con el respaldo amplio descrito, debe llevar a que ese voto desencantado del Gobierno, del Centro Democrático, de la derecha, y que quiere una alternativa en el poder, se divida: unos votarán por el centro y otro la izquierda radical.
Petro le estaba apostando a un centro disgregado para lograr claramente el paso a la segunda vuelta. Ahora ese escenario favorable para él se está diluyendo.