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La rebelión de Prigozhin saca a Lukashenko de la sombra de Putin

La fallida rebelión de los mercenarios del Grupo Wagner del fin de semana ha sacado al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, de la sombra de su homólogo ruso, Vladímir Putin, por la mediación que efectuó para sofocar el mayor desafío al poder del Kremlin de los últimos años

Foto por: Arkady Budnitsky, agencia EFE

El mandatario bielorruso de la noche a la mañana se vio convertido en mediador entre rusos. Ni más ni menos entre el jefe de los wagneritas, Yevgueni Prigozhin, y la Presidencia de Rusia, papel impensable para un socio importante, aunque menor, del Kremlin.

Sin duda, Lukashenko, que en julio cumplirá 30 años en el poder, sabrá sacar provecho de su aportación a la resolución de la crisis provocada por el motín de Prigozhin y la incapacidad de Moscú de ponerle fin nada más comenzar.

El líder bielorruso es un político astuto y jamás desperdiciaría sus oficios como mediador y rostro público de un acuerdo que impidió en Rusia un choque armado fratricida de consecuencias impredecibles.

Su deuda con Putin

Pero Lukashenko se lo debía a Putin: el apoyo del jefe del Kremlin fue crucial para que el régimen del mandatario bielorruso sobreviviera a las masivas protestas opositoras tras las elecciones presidenciales de 2020, declaradas fraudulentas por su adversarios y gran parte de comunidad internacional.

El respaldo económico y político de Rusia le ha permitido al mandatario bielorruso gobernar su país con mano de hierro, pero ha aumentado considerablemente su dependencia de Moscú.

Aún así, se ha resistido a involucrar a las tropas de su país en la campaña militar de Rusia en la vecina Ucrania, si bien en un comienzo el Ejército ruso lanzó su fallida ofensiva sobre Kiev desde el territorio de Bielorrusia.

Lukashenko ya tienen experiencia como mediador o facilitador de acuerdos para en Kremlin: en 2014 y 2015 puso a disposición Minsk para los acuerdos de alto el fuego en el Donbás.

También a fines de febrero y principios de marzo de 2022, días después del comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania, prestó el territorio bielorruso para las primeras negociaciones ruso-ucranianas, que no llegaron a buen puerto.

¿Exagerada la importancia de su mediación?

Según Artyom Shraibman, analista político bielorruso y experto del centro de estudios estadounidense Carnegie Endowment for International Peace, la importancia de la mediación de Lukashenko ha sido exagerada tanto por Minsk como por Moscú.

«De hecho, muy probablemente el papel de Lukashenko fue técnico: dar a conocer los acuerdos alcanzados por mediadores de más peso, que el Kremlin prefiere mantener fuera del foco público», escribió Shraibman en su canal de Telegram.

En las redes sociales se menciona al exguardaespaldas de Putin y actual gobernador de la región de Tula, Alexéi Diumin, como uno de los artífices del acuerdo con el líder de los Wagner.

Las columnas wagneritas que avanzaban sobre Moscú por la carretera M-4 se detuvieron justo antes de alcanzar la frontera administrativa meridional de la región de Tula, unos 300 kilómetros al sur de la capital rusa.

Shraibman consideró que el anuncio de que Prigozhin se marcha al exilio en Bielorrusia de ninguno modo significa que el jefe de los mercenarios vaya a permanecer en ese país. «Allí no tiene nada que hacer», subrayó.

En todo caso, destacó que cualquiera que haya sido la participación de Lukashenko le reportará frutos en el futuro inmediato, tanto dentro de país como en su relaciones con Moscú.

La oposición ve una oportunidad para su caída

Al mismo tiempo, el analista advirtió de que un futuro más lejano el destino de Bielorrusia estará determinado por la deriva que adquiera el régimen ruso, que ha expuesto con la rebelión del pasado fin de semana «el alcance de su fragilidad, lucha interna y caos».

Precisamente la oposición bielorrusa en el exilio ya considera que la situación derivada de la inestabilidad política en Rusia «le dará a Bielorrusia la oportunidad de recuperar la libertad».

En una entrevista con el diario político «Gazeta Polska» publicada este lunes, el exministro de Cultura Pavel Latushka aseguró que desde hace tiempo existe un plan que, en previsión de «un escenario como el que se da ahora», se «activará en Bielorrusia» en breve, con el fin de «recuperar la libertad» y derrocar al régimen de Lukashenko.