El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió ampliamente los nuevos y enormes programas que transformarán el papel del Gobierno en la vida de los estadounidenses, afirmando que nada menos que el futuro del país está en juego.
Un poco más de lo habitual, en la víspera de su centésimo día en el cargo, Biden pronunció su discurso en medio de las turbulentas crisis económicas y de salud que ha combatido durante su mandato.
“Estados Unidos se está moviendo, moviendo hacia adelante. Y no podemos detenernos ahora”, dijo Biden. “Estamos en un gran punto de inflexión en la historia. Tenemos que hacer más que reconstruir. Tenemos que reconstruir mejor”.
Pero su mensaje fue más allá de simplemente librar al país del nuevo coronavirus o hacer que los estadounidenses volvieran al trabajo. En el relato de Biden, los resultados de esos esfuerzos podrían determinar si la democracia estadounidense sobrevive: una propuesta de vida o muerte que elevó sus pedidos de billones de dólares en nuevos gastos a una pregunta existencial para su audiencia de legisladores.
Tenemos que demostrar que la democracia aún funciona. Que nuestro Gobierno aún funciona y puede cumplirle a la gente», dijo Biden en su discurso, refiriéndose a elementos que, según dijo, demostraron el valor del Gobierno: la campaña de vacunación y las iniciativas de creación de empleo.