Con esta medida, las autoridades sanitarias buscan acceder más fácilmente a los fondos de emergencia, recopilar más datos sobre los casos, acelerar la distribución de las vacunas y facilitar a los médicos la prescripción de medicamentos.
La semana pasada se había declarado el estado de emergencia en la ciudad de Nueva York, donde se han reportado una cuarta parte de los casos en el país, así como también lo hicieron el lunes pasado, los estados de California e Illinois.
Según informó el Departamento de Salud de ese país, la enfermedad se está propagando principalmente a través del contacto entre hombres, lo que no ha ocurrido en anteriores brotes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado recientemente a los hombres que reduzcan su número de parejas y reconsideren nuevas relaciones por este brote, por el cual la OMS declaró en julio una emergencia de salud pública de importancia internacional, una designación que antes se había utilizado para el COVID-19, el zika, la gripe H1-N1, la poliomielitis y el ébola.
Este año se han confirmado al menos 26,200 casos de viruela del mono en todo el mundo, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
A través de una reunión informativa, el secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, dijo que “Estamos preparados para llevar nuestra respuesta al siguiente nivel para hacer frente a este virus e instamos a todos los estadounidenses a que se tomen en serio la viruela del mono y a que asuman la responsabilidad de ayudarnos a hacer frente a este virus”.
Para contrarrestar los efectos de la enfermedad, hasta el 28 de julio, Estados Unidos ha distribuido 338,000 dosis de la vacuna Jynneos, un régimen de dos inyecciones que puede prevenir la viruela del mono si se administra antes o en los cuatro días siguientes a la exposición. Además ha aumentado el número de pruebas de detección de 6,000 semanales en mayo a entre 60,000 y 80,000 ahora.