(EFE). “Pido una oración especial para el papa Benedicto XVI que en el silencio está sosteniendo la Iglesia y recordar que está muy enfermo y pidiendo al Señor que lo consuele y lo apoye en que este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final», dijo el papa Francisco.
Joseph Ratzinger, de 96 años, renunció al pontificado en febrero de 2013 y desde entonces vive en el convento Mater Ecclesiae en el interior de la Ciudad del Vaticano, rodeado de su «familia» vaticana, formada por su secretario y cuatro mujeres laicas consagradas del instituto «Memores Domini», que pertenece al movimiento Comunión y Liberación, que se reparten las tareas de la casa y se ocupan de las necesidades de su santidad.
“En cuanto a las condiciones de salud del papa emérito, por quien el papa Francisco pidió una oración al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento por el avance de la edad», informó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.
La confirmación del agravamiento de la salud del emérito ha provocado una cascada de oraciones, como pedía Francisco, y han sido muchos los creyentes que han mostrado su tristeza, incluido su zapatero, el peruano Antonio Arellano, que lleva más de 30 años en Italia y también se ocupó de los zapatos de Juan Pablo II.