En una entrevista, el ministro que coordina los servicios de Inteligencia y la vigilancia fronteriza, afirmó que «en este momento hay alrededor de mil (miembros de Wagner) en Bielorrusia», para añadir que algunas estimaciones dicen que son «hasta tres mil».
Por ahora «no está claro qué misión llevarán a cabo finalmente», añadió Zaryn, quien especificó que la base provisional donde se han instalado los Wagner está en Mogilev, a menos de 100 kilómetros de Minsk.
Ahí estuvo ubicada la antigua base militar bielorrusa de Cel, que albergaba una unidad de artillería abandonada hasta no hace mucho y que «ahora se ha renovado a toda prisa».
Además, Zaryn dijo que la llegada de los mercenarios de Wagner a Bielorrusia «al principio fue como un regalo para (el presidente bielorruso, Aleksandr) Lukashenko, que tal vez pensó que con ellos podría asegurar su poder» y control sobre el país.
«Pero», alertó el ministro polaco, «los wagneritas (sic) pueden salirse rápidamente del control de Lukashenko y convertirse en un problema para la propia Bielorrusia. Son convictos y criminales de guerra que siempre estarán causando problemas dondequiera que estén«.
En relación con la situación en la frontera polaco-bielorrusa y la construcción de un muro, Zaryn afirmó que «muchos países vinieron a nuestra frontera a tomar nota y aprender».
«Lituania y Letonia han optado por soluciones menos avanzadas. Es su decisión. Nuestra barrera es sin duda una de las barreras fronterizas físicas más modernas. Muchos países nos envidian por una iniciativa que ha tenido tanto éxito», agregó.
El vicepresidente del Gobierno polaco y líder del gubernamental partido Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, expresó hoy en Varsovia su objetivo de ampliar esa barrera fronteriza para que abarque los tramos por donde discurre el río Bug. EFE