Viernes, 22 de noviembre de 2024 Suscríbase
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Cinco años del Acuerdo de Paz: Duque y Santos se enfrentan por balance

El Gobierno destaca el fortalecimiento del proceso con los proyectos […]

El Gobierno destaca el fortalecimiento del proceso con los proyectos productivos. Críticos dicen que le ha faltado avanzar en temas estructurales importantes.

Duque, en la feria de la paz desarrollada en Turbaco, Bolívar. A su lado, el presidente chileno Sebastián Piñera. Foto: Presidencia

Al cumplirse este domingo cinco años de la firma el Acuerdo de Paz con las Farc, ocurrido durante el último mandato presidencial de Juan Manuel Santos, era inevitable el balance sobre su cumplimiento.

El presidente Iván Duque, en varios escenarios, insistió en los últimos días en que durante su gobierno se ha hecho más por la implementación del Acuerdo que durante los veinte meses que estuvo vigente en el último periodo de Santos. Adicionalmente, enfatizó en que recibió un acuerdo “muy frágil” y lo va a entregar fortalecido con su política de Paz con Legalidad.

“Tres años después, podemos decir que esta fragilidad (del proceso) ya ha ido desapareciendo, porque se ha ido afincando una agenda social, una agenda pública, una agenda territorial, una agenda pensando en las comunidades”, dijo en Turbaco, Bolívar en un acto con el presidente chileno, Sebastián Piñera, país garante del acuerdo.

“Lo que era una fragilidad ostensible hoy ha sido superada, porque tenemos una política de Estado, de Paz con Legalidad, con presupuesto, con trazador, con seguimiento y con el apoyo de otras naciones”, agregó Duque.

La bandera de su balance fueron los proyectos productivos en diversas zonas del país que involucran víctimas de la violencia y personas en proceso de reincorporación. “En estos tres años hemos multiplicado por más de siete veces los proyectos productivos individuales que tenían las personas que han hecho esa apuesta por la reincorporación”, resaltó Duque.

Según datos del Gobierno, su política de Paz Paz con Legalidad permite contar hoy con 16 Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), que benefician a 6 millones de habitantes de 11 mil veredas en 170 municipios.

La aseveración del mandatario sobre la fragilidad del acuerdo, hecha no solo en Colombia sino en el escenario de la asamblea general de la ONU en Nueva York, llevó al hoy expresidente Santos a reaccionar: «Me da tristeza como colombiano escuchar eso de mi presidente y donde lo dijo. Naciones Unidas se creó para luchar por la paz. ONU conoce esto porque estuvo ahí y le pedimos que estuvieran, conocen todo lo que se ha hecho y por eso exaltan tanto el proceso de paz. Cuando el presidente va y dice lo que dijo, el efecto es que él pierde credibilidad, su gobierno, pero también el país. Lo está diciendo en el foro más inapropiado porque allá conocen los acuerdos mejor que nadie».

Mientras el Gobierno resalta como fortalecimiento del acuerdo los logros alrededor de los proyectos productivos en las zonas más golpeadas, sus críticos le reclaman que se haya concentrado en la reincorporación de excombatientes y dejado de lado otros aspectos como la reforma rural y la sustitución de cultivos ilícitos. El acuerdo implicaba cambios estructurales en la economía y la política del país, y no se han abordado, dijo Santos.

Según el Intituto Kroc, de Estados Unidos, que le hace seguimiento al Acuerdo, lo que mejor ha funcionado es lo relativo a la reincorporación, cese al fuego y dejación de armas, y los temas con más dificultades son los programas de largo plazo, como la reforma rural integral.

Para Indepaz, otra institución que el hace seguimiento al desarrollo del proceso, los avances no superan el 20% de lo acordado, cuando inicialmente se estipulaba una implementación del 40% a esta altura.

Sin embargo, Indepaz y otros analistas creen que el mayor problema es la violencia contra los excombatientes desmovilizados: 286 han sido asesinados desde la firma del pacto y no cesan los ataques. Según la institución, hasta julio pasado103 líderes y 31 firmantes del acuerdo fueron asesinados y ocurrieron 60 masacres con 221 víctimas mortales en el país.

Según el Gobierno, las muertes son responsabilidad de la disidencias de las Farc y otras estructuras ligadas al narcotráfico, que actúan en las antiguas zonas del conflicto, y sostiene que desarrolla una acción integral para atacarlas. Sin embargo, el expresidente Santos cree que también el fenómeno se ha agrandado por “falta de voluntad política” para atacarlo.