El equipo londinense venció al Palmeiras de Brasil en el tiempo extra. El santandereano Eduard Atuesta jugó la final con el equipo paulista.
El Chelsea, ganador en el 2021 de la Liga de Campeones de Europa, derrotó 2-1 al Palmeiras, bicampeón de la Copa Libertadores, en la final del Mundial de Clubes jugada este sábado en Abu Dabi.
El resultado acentúa el dominio europeo en esta competencia. Desde el 2012, cuando Corinthians de Brasil venció precisamente al Chelsea con gol del peruano Paolo Guerrero, los equipos suramericanos no han podido ganarle a un europeo, lo que evidencia la brecha futbolística, por temas económicos, estructurales e incluso, de talento.
Para llegar al último juego, los ingleses tuvieron que derrotar en la semifinal 1-0 al Al Hilal de Arabia Saudita, en le cual juega el colombiano Gustavo Cuéllar, mientras que los brasileños le ganaron 2-0 al Al-Ahly egipcio. Así, como suele ocurrir, la definición del torneo quedó entre el campeón europeo y el campeón suramericano.
Palmeiras, de gran superioridad entre equipos de la Conmebol, no pudo mostrar lo mismo en este escenario frente a los europeos. El primer tiempo fue dominado por los ingleses, que tuvieron en el campo a figuras como Romelu Lukaku, N’golo Kanté, Edouard Mendy o Kai Havertz. Pero los brasilenos, con el característico sistema defensivo del portugués Abel Ferreira, aguantaron.
En el segundo tiempo se abrió el marcador. Tras un centro de Callum Hudson-Odoi al minuto 55, el goleador belga Lukaku remató de cabeza, superando a los zagueros del ‘Verdao’. Todo parecía perdido.
Ferreira hizo un cambio en su equipo: mandó a la cancha a Jailson por Zé Rafael y volvió a equilibrar el encuentro. En el minuto 64, tras una mano de Thiago Silva en el área, el árbitro australiano Chris Beath, luego de revisar el VAR, pitó penalti.
Raphael Veiga se puso al frente de la pelota, tomó distancia y anotó el empate para un equipo suramericano.
Al minuto 76 el colombiano Eduard Atuesta, quien llegó el año pasado al Palmeiras a cambio de 3,5 millones de dólares proveniente de la MLS, se convirtió en el primer santandereano en disputar una final del Mundial de Clubes.
Con el marcador 1-1, los equipos se fueron al tiempo extra de 30 minutos, en los cuales se notó la superioridad atlética del Chelsea. Palmeiras aguantó hasta el minuto 117, cuando una mano de Luan García, que hizo que Beath fuera a revisar el VAR, acabó con el sueño: Kai Havertz pateó, engañando al arquero Weverton, y le entregó la primera copa mundial al Chelsea.